La Universidad de Illinois de Chicago (UIC), decidió realizar un estudio piloto a fin de comprobar que, si por medio del baile, las personas de la tercera edad pueden mejorar su condición física y por ende tener una óptima calidad de vida.
El estudio evaluó a los participantes antes y después del programa, para conocer si estos han evolucionado favorablemente.
"Conforme a los exámenes realizados, los adultos mayores tienen mayor elasticidad y movimiento corporal ahora que cuando ingresaron al programa", dijo en entrevista con La Raza, David Márquez, asistente de profesor de la especialidad de quinesiología y nutrición de la UIC, e iniciador del estudio piloto.
Esta iniciativa surge porque hay estudios que indican que el 46 por ciento de los hispanos, no se ejercitan en comparación con otras etnias.
"En vista que hay muchos latinos que padecen diabetes, obesidad y problemas del corazón, es por eso importante, que se involucren en este tipo de actividades", indicó Márquez.
Asimismo, este programa que se inició en el año en curso, tiene una duración 12 semanas. Cada martes y viernes, 15 personas hispanas de la tercera edad, de 55 años en adelante, se reúnen para participar del programa "Bailamos", promovido por la UIC.
Miguel Méndez, instructor de danza y presidente de la academia de baile de salsa en Humboldt Park, Chicago, dijo que las personas a través de la danza pueden mejorar su salud. "El baile, es como nadar, tu mueves todo el cuerpo, es el mejor ejercicio que hay y es bueno para bajar de peso".
Para Martha Cervantes, de 68 años y participante de la clase de baile, el programa le ha servido de mucho porque se siente más ligera y ha mejorado su actividad corporal. "Ingresé al programa por cuestiones de salud, estoy operada del corazón y el doctor me dijo que necesitaba hacer ejercicio".
Por su parte, María Arévalo, activa participante de las clases de danza, dijo que este programa es muy importante para las personas hispanas de edad avanzada, porque aparte de dejar el sedentarismo, les ayuda a socializar con otros miembros de la comunidad.
"Me propuse no faltar ni una sola clase desde que comenzó el programa, porque quiero mantenerme activa, prevenir la diabetes y enfermedades del corazón", mencionó esta ama de casa de 56 años.
El programa culmina el próximo 23 de diciembre, pero actualmente ya se ha aplicado para una beca que de ser aprobada por el Instituto Nacional de la Salud, el sueño de Márquez y de muchos adultos mayores se verá cristalizado, que es el de expandir este programa en todo Chicago.(AD)
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