Un motor eléctrico, velas y paneles solares son algunas de las claves del superyate más lujoso de los siete mares.
La proeza de este, de 44 metros de eslora, no es otra pues, que la promesa de poder mantener el rumbo de forma permanente, sin tener que atracar en puertos para repostar, o tan siquiera para abastecerse de agua y comida.
Dotado de dos granjas hidropónicas (un huerto y una instalación de pesca), el yate diseñado por Sauter Carbon Offset Design podría, en teoría, proporcionar un ‘menú’ diario a sus ocupantes a base de pescado y verduras frescas, cultivadas directamente en el interior de la nave.
La energía, por su parte, procedería de una combinación entre sol, aire y mar, gracias a una gigantesca placa solar de 400 metros cuadrados, una vela skysail, similar a las cometas empleadas en el kitesurf, y un sistema de generadores que se activan por movimiento, y que proporcionan hasta 50 kW a partir de los golpes de las olas, a la vez que amortiguan sus golpes -y sus correspondientes efectos sobre los pasajeros.
El único inconveniente, el precio: el superyate autosostenible está valorado en la nada despreciable cantidad de 12 millones de euros. El primer modelo saldrá a la venta a mediados de 2012.
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