domingo, 16 de mayo de 2010

Museo a las Mirabal es el más concurrido del pais

La memoria de las hermanas Mirabal permanece viva en el museo creado en su honor por la fundación que lleva el mismo nombre y que integran los hijos de las mártires del régimen trujillista, y la cuarta hermana, Dedé Mirabal, quien se ha encargado de mantenerlo en óptimas condiciones.

Es catalogado como el más visitado del país porque conserva los vestigios del crimen considerado más horrendo de la dictadura y que marcó un fin inevitable con el ajusticiamiento de Trujillo.

El paño ensangrentado con el que limpiaron las heridas de las Mirabal y los testimonios de los confesos asesinos en el juicio que pretendía hacer pagar a los autores intelectuales y materiales por sus hechos, les dan a esta galería la prominencia del legado histórico.

Los asesinos fueron, según se determinó en el juicio: Ciriaco de la Rosa, Ramón Emilio Rojas Lora, Alfonso Cruz Valerio, y Emilio Estrada (Malleta), de origen cubano, autores materiales, y Víctor Alicinio Peña Rivera, autor intelectual de la planifi cación del crimen por órdenes expresas de Rafael Leónidas Trujillo Molina. Todos eran miembros del Servicio de Inteligencia Militar (SIM).

La confesión de Ciriaco de la Rosa fue la siguiente: “Las conducimos a una casa campestre, donde le dije a Rojas Lora que cogiera palos y se llevara a una de las muchachas (María Teresa).

Alfonso Cruz Valerio eligió a Minerva, yo elegí a Patria y Malleta al chofer, Rufi no de la Cruz. Los separamos a todos para que no presenciaran la ejecución de cada una de ellas. Traté de evitar este horrendo crimen, pero no pude, porque tenía órdenes directas de Trujillo y de Johnny Abbes García. De lo contrario, nos hubieran liquidado a todos”.

La tesis de Angelita
Con el museo Hermanas Mirabal, que conserva los datos que recrean la historia, la familia de las heroínas trata de derribar la tesis de Angelita Trujillo y de su hermano Ramfi s de que no fue su padre quien mandó a matar a las muchachas, sino los miembros del movimiento 14 de Junio al que ellas pertenecían, como alegan los herederos del déspota.

El argumento de estos hijos Trujillo es que la muerte de las hermanas Mirabal sólo les beneficiaba a los miembros de dicho movimiento porque podía ser la excusa perfecta para matar al gobernante sin ser juzgados por la justicia y la sociedad, que lo califi caría como una acción de ajusticiamiento y no un asesinato. Pero la familia Mirabal, específicamente Dedé Mirabal, quien ha servido de vocera, dice que los hechos están ahí, nadie los ha modifi cado ni podría hacerlo y por eso ellos los exhiben en el museo.

El año pasado 70,160 personas apreciaron las pertenencias de Patria, Minerva y María Teresa Mirabal, así como los diferentes libros que se han escrito sobre el asesinato de estas mujeres; documentos, certifi caciones y otros detalles que les permiten hacer su propio juicio sobre lo ocurrido.

Esta galería sobre las hermanas Mirabal, que con tanto apego a los recuerdos conservan los hijos que fueron privados del aprecio y mimos de sus madres y, en el caso de Minou y Manolito Tavárez Mirabal, también de su padre Monolo Tavárez Justo, está abierta al público de lunes a domingo.

Diariamente, alrededor de 80 visitantes recorren esta casona de madera situada en el kilómetro uno de la carretera Salcedo, Tenares, en la sección Conuco, principalmente los viernes que los estudiantes suelen escoger para sus excursiones.

En ocasiones sobrepasan las cien personas y en noviembre, cuando se celebra el Día de la No Violencia contra la Mujer en honor a las Mirabal, rondan las 200 personas.

Muestras del museo
El museo Hermanas Mirabal escenifica una casa de familia donde sólo faltaría la presencia de las “mariposas”, como se hicieron llamar Minerva, María Teresa y Patria, para que sea real.

En la sala están los muebles, comedor y vajillas que utilizaban, así como los retratos familiares y de amistades, recuerdos de la infancia y el paño ensangrentado que les dio el último adiós.

En la salita de estar se conservan las obras artísticas de Minerva, sus pinturas revolucionarias que mostraban niños descalzos y personas que necesitaban ayuda, y en la pared de frente, como tratando de suplir la falta de zapatos, se exhibe su colección de calzados que fabricaba en material de cerámica.

También están sus libros de jurídica y otras obras de pensamiento ideológico. Cuando su padre, que era comerciante, le pedía que dejara de leer a altas horas de la noche y que se acostara temprano para que lo ayudara con las cuentas de su negocio, ella decía: “Cómo voy a dejar mis versos por el tedioso trabajo del comercio”.

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“MARIPOSAS” SÍMBOLO DE LA LIBERTAD
La comunidad Ojo de Agua, de Salcedo, es un símbolo de las hermanas Mirabal.

Durante todo el trayecto para llegar a las casas donde vivieron se observan murales de distintos artistas plasmando la esencia de la mujer de Salcedo.

Tanto en instituciones del gobierno central, como del ayuntamiento hay murales en muchas fachadas, que muestran el sentir del pueblo por la pérdida irreparable de sus heroínas, quienes partieron dejando sembrado en su comunidad los ideales de libertad.

Las casas de familias también exhiben con orgullo imágenes alusivas a las gestas heroicas en las que participaron las hermanas Mirabal y su demás compañeros de conjura en contra de la dictadura trujillista.

Paredes, contenes, aceras, fachadas de edificios, balcones e interiores y exteriores de muchas residencias de Ojo de Agua tienen mariposas multicolores, vestidos, figuras humanas y otros detalles con la esencia de la lucha de los pueblos por la superación personal y social.

Las hermanas Mirabal son también conocidas y representadas como las “Mariposas”, por ser este el nombre secreto de Minerva en sus actividades políticas clandestinas en contra de la tiranía Trujillista.

Años más tarde, Pedro Mir (poeta nacional dominicano) utilizó este nombre en su poema “Amén de Mariposas” sobre el asesinato de las tres heroínas.

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